En el mes de Diciembre se ha celebrado el Dia de los Derechos Humanos. Este escrito publicado por la Comision General de Justicia y Paz me parece muy apropiado para nuestra reflexion.
"Desde que se produjeron los
atentados terroristas del pasado 13 de noviembre en París ni uno solo de
los jefes de Estado y Gobierno de los países de la UE ha sido capaz de mantener
abiertamente un discurso favorable a la acogida de desplazados
procedentes de países islámicos y muy particularmente de Siria. El
eslogan “Refugees Welcome” ha dejado de ser una carta de
presentación para la mayoría de políticos desde mucho antes de los
atentados y en la actualidad es la gestión fronteriza y policial
encaminada a impedir que lleguen más desplazados y retornar a todos
aquellos que sea posible, la principal prioridad no sólo de la Comisión
Europea, sino también de sus estados miembros desde la última reunión del
Consejo Europeo de septiembre.
Este cambio de tendencia ha
venido acompañado de un “apagón informativo”. Es una realidad
constatable que desde principios de octubre ya no se ven tantas imágenes
de pateras abarrotadas o de comitivas de desplazados. Los seis niños
sirios muertos por ahogamiento a finales de noviembre al intentar llegar a la
isla griega de Kos no han merecido ni mucho menos la atención
mediática que recibió, tres meses antes, el niño Aylán Kurdi muerto
en las mismas circunstancias. La zancadilla que propinó la periodista
húngara Petra Laszlo a los refugiados sirios que escapaban de un control
policial el pasado mes de septiembre y que escandalizó al mundo entero ha
venido sucedida de otras zancadillas, éstas de carácter
político, legislativo y de comunicación que violan igualmente los derechos
humanos de los desplazados y de las que nadie se escandaliza.
Un ejemplo de
“zancadilla” es el modo en que la Comisión Europea ha manejado su reciente
Informe de Progreso sobre Turquía. Dicho informe, cuyo contenido denunciaba el
deterioro del respeto por el Estado de Derecho y la protección de los derechos
fundamentales por parte del Gobierno de ese país , fue intencionadamente
demorado y no se publicó hasta después de celebradas las elecciones
turcas para no afectar negativamente a la reelección de Tayib
Erdogan y de este modo favorecer un acuerdo para gestionar los flujos de
desplazados dado que Turquía, que ya alberga en su territorio a 2
millones y medio de desplazados sirios, es también ruta hacia la UE de miles de
afganos y paquistaníes. Mediante el acuerdo con la UE el país acepta
convertirse en un tapón para los flujos migratorios salientes hacia la UE al
tiempo que permite recibir en su territorio a todas aquellas personas que sean
expulsadas desde los países de la UE. En declaraciones del primer
ministro holandés Mark Rutte recogidas por el diario Euobserver: “Siempre es
más barato reasentarlos en Turquía que tenerlos aquí. Además es más fácil para
ellos regresar a Siria desde Turquía”. El coste de esta zancadilla es ni más ni
menos que de tres mil millones de euros. El coste en violaciones de derechos
humanos puede ser incalculable.
Otro ejemplo es la pérdida de
pudor de numerosos responsables políticos a la hora de vincular a los
desplazados con presuntos terroristas o delincuentes. De nada sirvieron las
advertencias del presidente de la Comisión dos días después del atentado de
París de que no se mezclara el terrorismo con los desplazados de Oriente Medio
que huyen de la misma violencia terrorista. En una reciente entrevista al
primer ministro francés Manuel Valls, éste no dudaba en afirmar que “la opinión
pública es testigo de que al menos dos de los terroristas de París entraron
mezclados con los solicitantes de asilo”, mientras que el presidente checo
Milos Zeman declaraba abiertamente en otra entrevista que “el peligro había
llegado a nuestras fronteras” y que “es falso afirmar que no existían vínculos
entre migración y terrorismo porque ello significaría tanto como admitir que
los flujos de inmigrantes no incluyen potenciales yihadistas”. Estos y
otros argumentos no hacen sino avivar el fuego de los
fundamentalismos políticos y religiosos poniendo así en peligro la Europa de
los Derechos y las Libertades.
En este tiempo de turbulencias
y confusión en el que se está sembrando tanto miedo es preciso cultivar una
lucidez responsable y comprometida para preservar la cultura de los derechos y
las libertades de la ciudadanía. Unos derechos que no se pueden entender
sin el respeto exquisito a la dignidad de aquellos que piden asilo en nuestras
fronteras. No podemos permitir que la Unión Europea se convierta en un reducto
defensivo contra nadie. Europa es y debe seguir siendo, espacio de posibilidad
y de futuro. Enlace
Emilio José Gómez
Ciriano
Responsable de Derechos
Humanos CG Justicia y Paz